Cristo
en casa de Marta y María - Johannes Vermeer
|
Jesús entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió
en su casa. Ésta tenía una hermana que se llamaba María, que, sentada a los
pies de Jesús, escuchaba su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos
quehaceres; y acercándose, dijo:
-
Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Pero respondiendo Jesús, le dijo:
-
Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas; sólo una cosa es
necesaria. María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. (Lucas 10, 38-42)
“Sólo una cosa es necesaria”
En
este pasaje la presencia de Jesús en la casa de Marta y María provoca una
reacción muy diferente en ellas. Mientras Marta se desvive por servirle, su hermana
María lo deja todo y se queda sentada a sus pies, escuchándole.
Marta
actúa como se espera de una mujer en aquella sociedad, trabaja en la casa sin
descanso. Desbordada por el trabajo y dolida con su hermana María, reclama a Jesús
ayuda.
Sin
embargo Jesús no responde de la forma que se hubiese esperado de un hombre judío
perteneciente a una sociedad totalmente patriarcal. Es importante destacar que
en la época de Jesús el ámbito religioso era especialmente discriminatorio con
las mujeres, por lo que los escribas (los maestros oficiales y jueces del
pueblo) no tenían discípulas.
La
palabra y actuación de Jesús eran totalmente opuestas al sistema
socio-religioso dominante y opresivo para la mujer: Él si acoge a las mujeres
como discípulas en el mismo plano y con los mismos derechos que los hombres.
Por
eso Jesús le responde así a Marta: “Marta,
Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas; sólo una cosa es necesaria.
María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”. En lugar de reprender a María tal y como hubiese
sido de esperar, Jesús reprende a Marta.
Él
no quiere que las mujeres vivan absorbidas sólo por el trabajo. Jesús quiere que
las mujeres también sean sus discípulas, por eso elogia la elección de María que ha
decidido sentarse a escuchar su palabra.
Este
breve pasaje podemos trasladarlo a nuestras vidas cotidianas tanto las mujeres
como los hombres. Casi sin darnos cuenta, dejamos que el exceso de actividad
diaria nos absorba de tal forma que descuidamos aspectos fundamentales en
nuestra vida. Esto nos lleva a sentirnos como Marta “afanados y turbados con muchas
cosas” y relegamos lo verdaderamente importante a un segundo plano.
Esto
no significa que Jesús no quiera que trabajemos y nos esforcemos. Lo que Jesús desea
es que seamos capaces de dedicarle tiempo a Él, que le convirtamos en una
prioridad en nuestra vida, llenando nuestro corazón con su Palabra. “Venid a mí todos los que estáis trabajados
y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11, 28). Tras acudir a Jesús, retomaremos
nuestras actividades con un ánimo y fortaleza renovados.
Hagamos
como María y no nos perdamos el mensaje de Jesús por más que la sociedad nos empuje a no escucharle. ¿Qué puede haber
más importante?
Fuentes:
Nuevo Testamento – Biblia
El Camino Abierto por Jesús – José Antonio Pagola
Web: Palestina en tiempos de Jesús
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, deja aquí tu comentario. ¡Muchas gracias!