Y
en seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él al
otro lado del lago, entre tanto que el despedía a la multitud.
Y
después de haber despedido a la multitud, subió al monte a orar a parte; y
cuando llegó la noche, estaba allí solo.
Y
ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas, porque el viento era
contrario.
Mas
a la cuarta vigilia de la noche, Jesús fue a ellos andando sobre el mar.
Y los
discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y
dieron voces de miedo.
Pero
en seguida Jesús les habló diciendo: ¡Tened ánimo! ¡Yo soy, no tengáis miedo!
Entonces le respondió Pedro y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
Entonces le respondió Pedro y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
Y
él dijo: Ven. Y descendió Pedro de la barca y anduvo sobre las aguas para ir a
Jesús.
Mas al ver el
viento fuerte, tuvo miedo y, comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor,
sálvame!
Y
al momento Jesús extendiendo la mano le sujetó y le dijo: ¡Oh hombre de poca
fe! ¿Por qué dudaste?
Y
cuando ellos subieron a la barca se sosegó el viento
Morgan Weistling |
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