Bartimeo, el ciego, hijo de Timeo,
estaba sentado junto al camino, mendigando. Y al oír que era Jesús, el de
Nazaret, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia
de mí!
Y muchos le reprendían para que
callase, pero él daba mayores voces: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
Entonces Jesús, deteniéndose, mandó
llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.
Él entonces, arrojando su capa, se
levantó y fue a Jesús. Y respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que haga por
ti? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, deja aquí tu comentario. ¡Muchas gracias!